La sucesión presidencial y la lucha de clases: Edgard Sánchez

 LA SUCESIÓN PRESIDENCIAL Y LA LUCHA DE CLASES.

Edgard Sánchez
Es paradójico que como pocas veces se puede estar seguro del resultado de la elección presidencial de junio de 2024 y al mismo tiempo hay una gran violencia entre las campañas y sus candidaturas. No es solamente el creciente número de asesinatos de candidaturas de todos los partidos y alianzas, sobre todo a nivel municipal, sino también la violencia verbal y política, de acusaciones, calumnias, insultos y trucos para deslegitimar y desprestigiar entre sí a candidaturas y partidos en contienda. Ciertamente no se quedan estas maniobras como ofensas a la moral y buen nombre de candidaturas y partidos, sino también el recurso de judicializar estas acusaciones y denuncias por todos lados, incluso por el instituto electoral y el poder poder judicial, el "lawfare" que se extiende por todas partes.
Sin embargo, es claro que, por lo menos, a nivel presidencial,el gobierno de progresismo tardío, como le ha llamado el reciente Congreso Nacional del PRT, logrará mantener la continuidad del nuevo régimen ahora encabezado por Claudia Scheinbaum. La violencia y gravedad de las acusaciones entre las candidatas presidenciales, no corresponden a una disputa que tiene un resultado previsible, a menos que los partidos de la derecha tradicional, representados por Xóchitl Gálvez , quieran usarlo para finalmente descalificar el triunfo de Scheinbaum con el argumento de una imposición o un fraude electoral, del tipo que históricamente realizaron el PRI y el PAN.
No es que algunas acusaciones de la derecha tradicional sean falsas, por ejemplo las que tienen que ver con el empoderamiento de las fuerzas armadas que el gobierno de AMLO ha impulsado y que Scheinbaum promete continuar. El tema es el punto de conflicto actual -y en el cierre del sexenio- con movimientos en lucha como el de Ayotzinapa y es un tema sobre el cual históricamente desde la izquierda hemos denunciado, es decir el papel del ejército y las fuerzas armadas en la represiòn como la masacre del 2 de octubre o la práctica de la desaparición forzada de militantes de izquierda en instalaciones militares como el Campo Militar No 1, o en Icacos o en La Joya. Lo hipócrita y falso del uso de estas denuncias y hechos, ahora por parte de Xóchitl Gávez y el PRI y el PAN, es que precisamente fueron los gobiernos del PRI y luego los del PAN que impusieron estas prácticas y uso de las fuerzas armadas, desde Díaz Ordaz y Echeverría a fines de los 60s, como Calderón y Peña Nieto en los tiempos recientes. Nadie que conozca la historia puede pensar que la candidatura de Xóchitl Gálvez y el PRIAN puede ser una alternativa en este terreno, cuando precisamente lo que se está cuestionando del gobierno de AMLO ( y el que promete Scheinbaum) es la continuidad de la militarización y ahora empoderamiento de las fuerzas armadas que iniciaron el PRI y el PAN. Para decirlo coloquialmente, de guatemala a guatepeor, o viceversa.
Así como destaca el movimiento por los 43 de Ayotzinapa en relación a los derechos humanos, de todas las luchas contra las reformas neoliberales del sexenio de Peña Nieto destaca por su amplitud (150 dìas en huelga del magisterio en ese sexenio) precisamente la lucha de la CNTE contra la reforma educativa (la mal llamada reforma educativa, la calificaba la CNTE). En una reciente entrevista con una dirigente de la sección 22 decía algo así como "nos fuimos con la finta de que este gobierno eliminaría la reforma educativa" y no ha sido así. Y estamos a unos meses del fin del sexenio. Ciertamente se quitó el aspecto punitivo de esa reforma y se reinstaló y liberó a algunos profesores reprimidos por oponerse a la reforma educativa de Peña (aunque algunos fueron nuevamente despedidos por gobiernos estatales) pero el fondo de la reforma educativa también tenía que ver con el contenido, con lo sustantivo y no solo con lo punitivo Y ahí como señala la lucha de la CNTE, se mantienen las reglas neoliberales de esa reforma, así como la insatisfacción de las demandas salariales (pese a la festinación que se hace con respecto al aumento a los salarios mínimos pero, como señala una de las resoluciones del XIV Congreso del PRT, no se corresponden con el aumento a los salarios contractuales y hace que algunos queden abajo del salario mínimo, como se denuncia hoy en la huelga del STEUS). La respuesta de AMLO a la CNTE ha sido contundente: no hay condiciones ni el tiempo para abrogar ya la reforma educativa neoliberal ni para lograr el aumento salarial que se reclama. O sea al final del sexenio, la conclusión es brutal: una de las luchas más importantes durante el sexenio de Peña Nieto contra la reformas neoliberales, la del magisterio contra la reforma educativa, después de 6 años de discursos antineoliberales, seguirá vigente.
Esto también es evidencia de que para la lucha contra el neoliberalismo sostenido por el gobierno de AMLO, tampoco hay alternativa con las candidaturas del PRI y del PAN que son los que impusieron las reformas neoliberales que este gobierno mantuvo. No hay alternativa en el nivel de la política institucional, del juego de partidos en campaña. La alternativa está en otro terreno, obviamente y no en el de las campañas electorales.
Los 2 casos, el de Ayotzinapa y el de la reforma educativa son ilustrativos del balance del fin de sexenio. En los dos casos, quienes tenían ilusiones y exigían la satisfacción de las demandas de ambos, enfrentan ahora el cierre del sexenio sin solución. Y anunciada y reconocida así por el propio Presidente de la República. No hay posibilidad de confusión. Para la izquierda y los movimientos en lucha estos dos casos son fundamentales para la evaluación del nuevo régimen político. Y así, te insisten en que vayas a votar. Como en el 2018, te piden posponer las luchas y te llaman a confiar en la votación. Las campañas en juego se insultan, se acusan, se calumnian, se avientan lodo al por mayor, como si fueran opciones alternativas de fondo sobre los problemas centrales de la lucha de clases y de los movimientos en lucha. Pero no hay alternativa en el terreno electoral en esta ocasión. Para hacerlo más ofensivo para estos movimientos en lucha, la lista de candidaturas de Morena incluyen al dirigente del SNTE, solapador de la reforma de Peña Nieto y de la represión a la CNTE, pero también al jefe policiaco García Herfuch presente en los momentos en que se inventó la supuesta "verdad histórica" sobre Ayotzinapa.
Por eso es que desde el PRT hemos insistido y ha sido ratificado por el XIV Congreso del PRT,celebrado hace unas semanas, que la opción es construir un polo político y social alternativo tanto a los partidos del gobierno como a los partidos de la derecha tradicional, para continuar la lucha antes y después de las elecciones contra el neoliberalismo y contra la militarización. Gobierne quien gobierne los derechos se defienden, ya se corea en los movimientos en lucha. Gobierne quien gobierne y prometa lo que prometa cada alianza electoral, la lucha debe continuar. No puede haber confianza en las promesas y ofertas electorales de partidos que ya han sido puestos en la prueba del ejercicio de gobierno. Solamente se puede confiar en la lucha y en la movilización. Pero lucha y movilización organizadas en forma autónoma e independiente de partidos y gobiernos, como han planteado ya en su momento tanto las luchas de los 43 de Ayotzinapa como el SME y su propuesta de Convención Nacional Democrática de las y los Trabajadores.
Ciudad de México a 19 de abril de 2024