Respuesta a la LUS sobre la política del PRT

Dialéctica para que una izquierda socialista y revolucionaria se encuentre al lado de las luchas del pueblo. Respuesta a David Rojas de la LUS


Dialéctica para que una izquierda socialista y revolucionaria se encuentre al lado de las luchas del pueblo

1. Dialéctica y argumentación La dialéctica es una tradición de la izquierda socialista. Antes que una postura metafísica (o anti-metafísica), la dialéctica es originaria y esencialmente una dialógica argumentativa, es decir: la dialéctica significa diálogo razonado, intercambio de razones que apoyan opiniones, compromiso de dar razones y de escucharlas. Una izquierda revolucionaria para el siglo XXI debe recuperar el espacio dialéctico, argumentativo, racional y respetuoso, para criticar, discutir y mejorar nuestras apuestas políticas, entendidas como proyectos de transformación radical de la sociedad. Dialogar argumentativamente significa dar y exigir razones, escuchar y ser escuchados, ya sea para esclarecer las diferencias o buscar consensos, abiertos a la posibilidad de que un buen argumento puede mejorar el pensamiento, corregir la política trazada, fortalecer el proyecto revolucionario. -Sin embargo, es necesario admitir que, entre la izquierda, no tenemos una buena tradición de dialéctica argumentativa, de modo que muchas veces el dogma eclipsa al argumento, el calificativo simplista evita el esfuerzo de comprender, la difamación cierra la posibilidad del encuentro dialógico.  “¡Una Izquierda Socialista es necesaria, al lado de MORENA!” (Bandera Socialista, 37), política que defiende el PRT, no es una verdad incuestionable sino una propuesta de política argumentada. Su propia estructura es la de un argumento dialógico: empieza contextualizando (la violencia sistémica del neoliberalismo), plantea un problema (¿qué debe hacer la izquierda socialista en esta coyuntura?), define una posición (estar al lado de los movimientos democratizadores, como MORENA) y la apoya con razones (proporciona sólo tres argumentos de otros posibles) e incluso, dialógicamente, responde a posibles objeciones (no confiamos en la política institucional y procesos electorales), para terminar concluyendo con una exhortación (construir un Frente Único anti-neoliberal con tendencias anti-capitalistas). -Si nos tomamos la molestia de argumentar y dar razones, para persuadir de modo racional, esperamos de nuestros críticos que también ofrezcan razones.  Sólo de esa manera podremos recuperar una dialéctica que fue asfixiada por el estalinismo y que nos es necesaria como el aire fresco para quienes defendemos un proyecto anti-capitalista y socialista. 

2. Falacias por falta de dialéctica: por ignorar las razones Por desgracia, pensamos que David Rojas, militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS), en su escrito crítico contra la política del PRT (“¡Es necesaria una izquierda socialista y revolucionaria al lado de las luchas del pueblo!”, Enlace Socialista) no atendió a nuestro argumento y, de ese modo, clausuró la dialéctica. Pese a que reproduce la postura del PRT (estar al lado de un movimiento democratizador y aprovechar la coyuntura electoral para construir un amplio movimiento social que combata al neoliberalismo, adherirse a MORENA sin dejar de lado sus banderas anti-capitalistas y socialistas), no considera ni evalúa nuestras razones y decide pasar a criticar a AMLO y los 50 Puntos de MORENA, como si el PRT suscribiera tales propuestas. -Sin embargo, el PRT no aprueba el proyecto alternativo de nación de MORENA, al cual consideramos “un proyecto alternativo al neoliberalismo, pero no al capitalismo”, por lo cual resulta contradictorio e inviable (ver: “Saludo y crítica al Proyecto Alternativo de Nación de AMLO”, noviembre de 2010, http://www.prt.org.mx/node/194). En un momento dado, David Rojas le pregunta “a los compañeros del PRT”: ¿”por qué seguir un movimiento que gira en torno a la figura de López Obrador”? -Esta interrogación resulta extraña porque en el argumento se señalan explícitamente, y por separado, tres razones para sustentar nuestra postura. Estas razones pueden ser cuestionables y cuestionadas, pero en una dialéctica argumentativa no pueden ser ignoradas pues eso vuelve falaz su crítica. Las razones son las siguientes: “¿Por qué nosotros, que somos anti-capitalistas y socialistas, nos sumamos a un movimiento que es anti-neoliberal? Primero, porque los socialistas debemos estar al lado de todo movimiento social que resulte democratizador y busque más justicia social; y debemos estar en ellos para hacer lo que nos corresponde: para propagandizar, organizar, movilizar, cuestionando al capitalismo y tratando de ganar a las mayorías con un programa de transición, que recoja exigencias inmediatas y las conecte con demandas que pongan en cuestión al sistema, en torno a un poder colectivo y democrático que luche de manera permanente por una ruptura radical que nos lleve a una sociedad democrática, igualitaria y justa, ecológica, en la que no existan explotados, oprimidos o excluidos. Segundo, porque nos parece urgente aprovechar esta próxima coyuntura electoral para constituir una fuerza social lo suficientemente poderosa como para combatir al neoliberalismo con efectividad. Tercero, porque ante el declive político y moral del PRD, que toca a toda la supuesta “izquierda institucional” (PT, Convergencia), es necesario fortalecer y reorganizar una izquierda anti-capitalista y socialista. Esta izquierda debe luchar para pasar de las políticas de resistencia (anti-neoliberales) a las políticas estratégicas de izquierda (anti-capitalistas), proponiéndose conjuntar una fuerza social dispuesta a disputar el poder del Estado para instaurar un gobierno de los trabajadores que avance hacia un socialismo democrático, igualitario y ecologista, internacionalista y feminista.” -Como se puede apreciar, en nuestras razones no existe una aprobación al proyecto alternativo de nación de MORENA (sean “50 puntos” o “Nuevo Proyecto de Nación”), tampoco la intención de perder nuestra independencia política (¡35 años de preservar nuestro proyecto de izquierda socialista, pese a la noche oscura del neoliberalismo y las tentaciones en las que se perdieron tantos otros!) ni de llamar a los trabajadores a sacrificar su independencia política. De hecho, pensamos que entre los trabajadores no existe esa independencia política y que es tarea de la izquierda socialista construirla, lo cual no será posible si nos mantenemos al margen de los movimientos en los que los trabajadores participan. -Si David Rojas quiere hacer su crítica al programa político de AMLO está en su derecho, y seguramente coincidiremos en muchas de sus observaciones, pero si quiere criticar al PRT debe atender a las razones que el PRT ofrece, valorarlas y, si no lo convencen, criticarlas y exponer sus razones. Lo que no nos parece correcto es soslayar nuestros argumentos y asimilarnos al proyecto de MORENA, como cuando afirma: “El PRT se equivoca en la forma en que se introduce al MORENA, pues al dar un apoyo a la candidatura de Obrador se subordinan (sic) a su programa que no representa una oposición al sistema capitalista”. Para nosotros se trata de ir a los movimientos sociales y plantear en ellos nuestras posturas anti-capitalistas y socialistas, sin subordinamos al programa de MORENA. Pretendemos estar al lado de MORENA para llevar nuestras propuestas, como ya lo hemos hecho, planteado abiertamente nuestra postura anti-capitalista y socialista (ver: “De la revolución de las conciencias a las conciencias revolucionarias”, Enlace Socialista, http://www.enlacesocialista.org.mx/articulo/de-la-revolucion-de-las-conciencias-a-las-conciencias-revolucionarias), por ejemplo: “En este apartado del Nuevo Proyecto de Nación se traza el orden invertido del capitalismo (y no sólo del neoliberalismo): como el capitalismo produce para explotar (a los humanos, a la naturaleza) y aumentar sus ganancias, promueve un modo de vida, una moral, invertida: -en donde el Dinero importa más que los seres humanos, -en donde una Mercancía vale por el dinero que deja y no por su utilidad, -en donde las ganancias de la minoría empresarial se imponen por encima de la vida digna de las mayorías trabajadoras, -en donde las Cosas (presas, industrias, máquinas, mercancías, mineras, etc.) valen más que las personas, -en donde el Tener se prefiere al Ser, -en donde el Capital se impone sobre el buen vivir…  Este mundo invertido, de cabeza, no es sólo el del neoliberalismo (como insiste el documento) sino el del capitalismo. De hecho, el neoliberalismo es capitalismo al desnudo, sin contrapesos, revelando el rostro inhumano y bárbaro del propio capitalismo –que no se deja civilizar ni reformar, que no puede volverse humano ni verde ni regulado. Por eso, si bien es correcto comenzar con una revolución de la conciencia, ésta no basta: se requiere hacer un enorme esfuerzo social, consciente y activo, para darle la vuelta al capitalismo, con su lógica inhumana y despiadada. A ese darle vuelta al mundo Marx le llamaba “praxis revolucionaria” o “revolución social”… Es en el curso de esa praxis revolucionaria en donde se revolucionan las conciencias y se revoluciona (se le da vuelta) al capitalismo.” Y más adelante afirmamos que es necesario “organizar, reorganizar, una izquierda partidaria, política, que no se acomode al sistema y se limite a buscar puestos y posiciones. Necesitamos una izquierda contra y más allá del sistema capitalista. México requiere una izquierda socialista, anti-capitalista y democrática, feminista y ecologista, al lado de MORENA, al lado del pueblo. Requerimos una izquierda organizada, partidaria, que conjunte diversas fuerzas populares para disputar el poder político explícito (el Estado) para recomenzar la revolución permanente, emancipatoria y liberadora. Urge, por tanto, un Partido Revolucionario de los Trabajadores.” -Ese es el mensaje que hemos llevado a MORENA y por eso queremos estar a su lado. Por cierto, en el pasado Congreso del PRT (2010) discutimos colectivamente el momento actual, entendiendo la crisis civilizatoria que atravesamos como un peligro para la humanidad pero también como una nueva oportunidad para que la izquierda socialista y anti-capitalista se reorganice y posicione políticamente, trazando dos rutas políticas para ir a los movimientos sociales y defender en ellos nuestras posturas anti-capitalistas y socialistas: estar al lado de MORENA (por la confrontación política que se anuncia, por la posibilidad de una nueva crisis política que provoque un cambio de régimen) así como participar y apoyar activamente el proyecto del SME de constituir una Organización Política del Pueblo y los Trabajadores, la OPT, por la posibilidad de que de ella emerja un partido obrero independiente que, de entrada, se propone disputar el poder político. -Esa es la política actual del PRT, atenta y abierta a los cambios de la coyuntura.

3. Dialéctica de la negación Para que quede claro: el PRT no se adhiere al Nuevo Proyecto de Nación (o a los 50 puntos de MORENA); el PRT no confía en caudillos ni en movimientos carentes de democracia; el PRT no se subordina a la política institucional. En el texto criticado de Bandera Socialista 37 lo decimos abiertamente: “¿Eso quiere decir que nos subordinamos a una política institucional y que confiamos en las elecciones como medios para la transformación social? -Para nada: pensamos que las próximas elecciones presidenciales pueden expresar el gran descontento social que ha generado el neoliberalismo y la política del gobierno de Calderón, abriendo de esta manera la posibilidad de una crisis política en la que la izquierda socialista debe estar presente para pugnar por una ruptura con el régimen oligárquico y con las políticas neoliberales, para avanzar, si es el caso, de una revolución política hacia una verdadera revolución social.” -No, el PRT no cree que MORENA, AMLO o el Nuevo Proyecto de Nación implique un cambio radical al sistema, pero sí pensamos que en las próximas elecciones este movimiento puede chocar con el régimen político, abriendo una crisis política que puede implicar un cambio de régimen, un nuevo bloque histórico en el poder y la posibilidad de que la izquierda anti-capitalista y socialista gane fuerzas para disputar la hegemonía en él. Para nosotros, ese es fondo del asunto: la posibilidad de que las elecciones del 2012 abran una crisis política, una ruptura con el régimen oligárquico. Por eso llamamos a que la izquierda socialista luche “para pasar de las políticas de resistencia (anti-neoliberales) a las políticas estratégicas de izquierda (anti-capitalistas), proponiéndose conjuntar una fuerza social dispuesta a disputar el poder del Estado para instaurar un gobierno de los trabajadores que avance hacia un socialismo democrático, igualitario y ecologista, internacionalista y feminista.” Por eso, se trata de agitar, propagandizar, plantear demandas de transición y anticapitalistas en un movimiento que el propio David Rojas reconoce como “grande e importante”, con ciudadanos dispuestos a luchar. Hacer esto no supone, para nosotros, perder la independencia política ni de nuestra organización ni de los trabajadores. De hecho, el no hacerlo, el no introducir en ese movimiento planteamientos anti-capitalistas y socialistas, el no debatir con su dirección y sus ilusiones, es permitir que ese movimiento “grande e importante” quede subordinado a otro proyecto “nacionalista revolucionario”, funcional al capitalismo. Por eso decimos que una izquierda socialista debe estar al lado de MORENA, para introducir en él, en esta coyuntura que se cerrará de algún modo el próximo año, las propuestas socialistas y el fortalecimiento de su proyecto, ante la evidente crisis ética, política y electoral del PRD y la izquierda institucional.  

4. ¿Programa o estrategia, ascenso o descenso de la lucha? -En otro párrafo, nuestro crítico afirma: “Nos objetarán los compañeros del PRT ‘no confiamos en las elecciones como medio para la transformación social’; sin embargo, sumarse al MORENA y apoyar la candidatura de AMLO implica perder la independencia política. No es posible levantar un programa socialista y revolucionario sin romper con AMLO y MORENA pues éste se enmarca en el camino de las instituciones para reformar el capitalismo. Los socialistas además de luchar en contra del neoliberalismo también tenemos que luchar contra el capitalismo y todas sus manifestaciones, lo que implica cuestionar y por duro que sea oponerse a la política burguesa de AMLO y dar una orientación revolucionaria.” Sin embargo, el problema de la izquierda socialista no es “levantar un programa socialista y revolucionario”, el cual puede quedar muy bonito e irrefutable entre nosotros. No: el problema de la izquierda que pretende ser revolucionaria es cómo llevar nuestro programa socialista y anti-capitalista a los movimientos en una coyuntura como la que atravesamos (recrudecimiento de la crisis, coyuntura electoral, declinación fatal del PRD). Lo prioritario actualmente no es una mera cuestión programática sino, como decía nuestro camarada Daniel Bensaïd, el regreso de la cuestión estratégica: la vuelta a la tentativa de hacer política de izquierda. -Por eso, el problema no es, como se pregunta David Rojas,  “¿cómo es posible que el PRT, apoye a un personaje que tiene la idea de cuidar el prestigio del ejército?” Para dejarlo claro: el PRT no apoya ni al personaje ni al prestigio del ejército ni a su Programa (al cual critica), pero esa no es -para nosotros- la discusión central. El asunto es cómo intentar (sin garantías) hacer política de izquierda en un movimiento “grande e importante” de ciudadanos dispuestos a luchar. La tentativa del PRT es colocarse al lado de los movimientos sociales democratizadores para propagandizar nuestras ideas socialistas, plantear un programa de transición y proponer abiertamente la formación de una izquierda socialista ante el fracaso del PRD. El compañero David Rojas propone participar en movimientos democratizadores que “se basen en un programa socialista y revolucionario.” Así lo dice: “Los socialistas tenemos que participar en movimientos democratizadores y que busquen más justicia social en tanto que éstos luchen y no se encuentren maniatados a la idea de que con el arribo a la presidencia de un caudillo se resolverán sus problemas; para ello es necesario que los trabajadores se basen en un programa socialista y revolucionario. Es importante participar en movimientos que busquen más justicia social tales como; reinstalación de trabajadores despedidos, movimientos en defensa de espacios públicos y del medio ambiente, etc., que pueden no ser propiamente revolucionarios ó socialistas pero que hay que participar en estos en tanto la lucha no gire en promesas, y no esté atada a ninguna coyuntura electoral que de facto se encierra en el marco institucional burgués.” -Esperamos que el compañero encuentre ese movimiento democratizador puro, socialista y revolucionario. Mientras tanto, nosotros iremos a donde hay un movimiento electoral que no es anti-capitalista para ganar en él posiciones que sí lo sean e insistir en que la lucha no se quede en lo electoral; iremos a un movimiento caudillista a plantearle la necesidad de la organización democrática y la lucha popular con un horizonte socialista y revolucionario. Y eso lo podemos hacer porque no somos acríticos de MORENA y AMLO ni nos basamos en su programa, tampoco nos subordinamos o deslumbramos por ningún caudillo. Por esa misma razón estamos participando también en la OPT. Después de acusarnos, quién sabe por qué,  de desesperados y de querer integrarnos “a la cola de los movimientos reformistas burgueses”, porque nunca tomó en cuenta nuestras razones, el compañero David Rojas nos explica los “aspectos más elementales de la lucha de clases” y nos permite vislumbrar cómo ven en la LUS la coyuntura actual: no se asiste a “un ascenso del movimiento obrero. Y, según Lenin y Trotsky, en la versión de Rojas,  “la tarea a seguir en momentos de baja participación de los trabajadores… consiste en la creación de una organización revolucionaria de los trabajadores que sea independiente de la burguesía y que, por supuesto, no se deje deslumbrar por ningún sector o movimiento de carácter reformista ó burgués.” -Le agradecemos al compañero Davis Rojas el que trate de explicarnos “los aspectos más elementales de la lucha de clases”, pero lamentamos informarle que la lucha de clases no es nada elemental sino compleja y dinámica. Le aclaramos que no estamos desesperados ni pretendemos ir a la cola de los movimientos reformistas burgueses, ya que, por el contrario, intentamos hacer política de izquierda y no ser una secta pura al margen de los movimientos sociales actuales, que percibimos que crecen y se politizan (aunque no sean socialistas). Nos queda muy claro que ustedes, que ven este momento como de baja participación de los trabajadores, van a dedicarse a crear una organización revolucionaria de los trabajadores. Lamentamos que traten de hacerlo al margen de ellos, sin percibir que se encuentran en movimientos “grandes e importantes”, como MORENA y la OPT. Ojalá se conserven puros esperando su movimiento socialista y revolucionario. Suerte.

5. Cuestiones de estrategia Para nosotros, la coyuntura actual -que entrelaza la crisis capitalista y el descontento social, el proceso electoral ante un régimen oligárquico carente de legitimidad y hegemonía, la organización de MORENA y OPT, el irreversible declive del PRD- ha devuelto a la izquierda socialista la discusión sobre la cuestión de la estrategia revolucionaria. En ella, dos temas son centrales: 1) la cuestión de la construcción del Partido, que para nosotros debe hacerse en los movimientos, en sus luchas concretas, llevando a ellos un programa de transición y nuestra propaganda socialista –y no al margen de ellas, esperando el alza de un movimiento que ya sea, de entrada, independiente y socialista; 2) la cuestión de la estrategia política, de definiciones políticas ante la coyuntura de una crisis que se está aprovechando para lanzar otro ataque neoliberal, una ofensiva devastadora de la derecha; en ese sentido, proponemos empujar por un Frente Único anti-neoliberal, preservando nuestra identidad socialista, planteando demandas de transición para generar un movimiento anti-capitalista. Eso no significa -como nos acusa David Rojas- decirle adiós a la revolución permanente sino de promoverla -en los términos del mismo Trotsky- planteando a movimientos sociales que se confrontan políticamente con el régimen un programa de transición y un Frente Único para dejar de ser una secta propagandista y empezar a ser un partido revolucionario. Releyendo a Trotsky sobre este tema, éste insistía en que el Frente Único no debe enfocarse como una mera relación entre direcciones políticas sino como definido por “la urgente necesidad de asegurarle a la clase obrera la posibilidad de un Frente Único en la lucha contra el capitalismo.” ¿Y acaso no hay en nuestro país un reclamo generalizado entre las fuerzas organizadas de los trabajadores de unidad contra el neoliberalismo? Porque, enfatizaba Trotsky, el partido revolucionario no se reduce a una “sociedad propagandística” ya que aspira a ser “una organización para la acción de masas.” Según el revolucionario ruso, el partido que pretende ser revolucionario -decía- construye su “camino organizativo” promoviendo “acciones coordinadas conjuntas”, de Frente Único,  entre las masas, sean socialistas o no, para intentar conquistar hacia sus políticas a la mayoría de los trabajadores. De no hacerlo, “degeneraría en una sociedad de propaganda comunista”, pero “nunca se desarrollaría como un partido que lucha por la conquista del poder.” Como se puede apreciar, la política del Frente Único no significa “subordinación política a partidos burgueses” sino un “camino organizativo” para salir de la mera actividad propagandística y la pasividad política e impulsar “acciones de masas” en las que la izquierda socialista debe conquistar con sus políticas a las mayorías, encauzándolas hacia el anti-capitalismo y el socialismo, recomenzando de esta manera la revolución permanente. -Pero, ¿la izquierda socialista puede plantearse ser anti-neoliberal, o debe ser anti-capitalista? Para el camarada Daniel Bensaïd el anti-neoliberalismo puede significar muchas políticas diferentes, pero más que fijar un sentido único es necesario atender su devenir y dinámica: hacer política y darle una dirección a la lucha anti-neoliberal (defender “la lógica del bien común, del servicio público, de la solidaridad” de modo que “se coloquen por encima de la del beneficio a toda costa, del cálculo egoísta y de la competencia de todos contra todos”, etc.), de radicalizarla hasta llevarla a la lucha anti-capitalista: “Para ir a la raíz de las cosas, un antiliberalismo radical debe atacar al disco duro del capital, volver el derecho a la existencia (al alojamiento, a la salud, a la educación, al empleo) opuesto al derecho de la propiedad. Debe oponer a la privatización y la mercantilización del mundo una política de solidaridad social, desmercantilización y gratuidad. Por lo tanto, la distinción formal entre antiliberalismo y anticapitalismo se difumina: es resistiendo a lo irresistible que uno se vuelve en revolucionario sin forzosamente saberlo.” (¿Antineoliberalismo o anticapitalismo?, Enlace Socialista, http://www.enlacesocialista.org.mx/articulo/antineoliberalismo-o-anticapitalismo) No hay, por consiguiente, renuncia o adiós a la revolución permanente por nuestra parte, pero sí parece existir una renuncia y un adiós a la estrategia política de izquierda por parte de la LUS, que anuncia el volverse sobre sí misma, sin contaminarse por los movimientos sociales no independientes ni socialistas que pasen a su lado, para construir una organización revolucionaria. ¿Conocerá el compañero David las políticas de Frente único, el Programa de Transición, la lucha por la hegemonía? Sería bueno estudiar estos temas mientras esperan un momento de alta participación de los trabajadores en un movimiento independiente con objetivos socialistas, no vaya a ser que éste pase junto a ustedes y no lo comprendan porque no diga que está en revolución permanente…

6. Hacia una posible síntesis Cabe reconocer que, al final de su escrito, el compañero David Rojas parece comprender nuestra política: “Si bien es cierto que AMLO, MORENA y el conjunto del movimiento lopezobradorista representan una oposición a la política panista y priista, hay que tener mucho cuidado en cómo dar una alternativa política. Pues una cosa es discutir, criticar y plantear las posiciones socialistas en MORENA y otra cosa muy distinta es integrarse a un proyecto que fortalece el caudillismo de un burgués.” -Una cosa es integrarse “a un proyecto que fortalece el caudillismo de un burgués” (lo cual, coincidimos, es una pésima política de una organización que se pretenda socialista y anti-capitalista) y otra es “discutir, criticar y plantear posiciones socialista en MORENA”, que parece ser, para David Rojas, una manera cuidadosa de dar una alternativa política.   Con este párrafo parece que el debate se diluye, pues una y otra vez hemos dicho que lo que nos proponemos es, justamente, discutir, criticar y plantear posiciones socialistas en MORENA, pero no integrarnos a su proyecto o fortalecer el caudillismo de AMLO. -¿Cuál es, entonces, la diferencia? -¿Qué la LUS critica, discute y plantea posiciones socialistas fuera de MORENA, esperando un momento de alta participación de un movimiento independiente con objetivos socialistas, mientras que el PRT discute, critica y hace propuestas socialistas en MORENA (y en la OPT), tratando de empujar un movimiento independiente con objetivos socialistas? -Tal vez, incluso, no existe ni tal diferencia. Quizás sólo existan incomprensiones y prejuicios, frutos de un pasado común que han obstruido la argumentación dialéctica entre dos organizaciones políticas socialistas, anti-capitalistas, que pertenecen a la IV Internacional. Eso explicaría la falsa diferencia que David Rojas establece entre la política del PRT y la de la LUS: “A diferencia de el PRT en la Liga de Unidad Socialista (LUS) sostenemos que otra izquierda es necesaria, la socialista y revolucionaria que acompañe la lucha del pueblo, contribuyendo en el proceso para influir con un programa obrero revolucionario sobre la necesidad de organizarnos contra el mal gobierno que sostiene el régimen de opresión y explotación. El PRI, el PAN y el PRD son partidos que sirven a los intereses de los ricos capitalistas. Estos partidos y sus satélites, son los que defienden el sistema capitalista. Reconocemos que en estos pueden existir trabajadores todavía de buena fe que ponen sus esperanzas de cambio en un partido ó candidato, pero la realidad hay que decirla tal cual, y a los ciudadanos honestos que simpatizan con el PRD y el obradorismo tenemos que ganarlos sin sacrificar la política revolucionaria.” -Leyendo en detalle lo escrito, no veo una diferencia real, objetiva, entre lo que plantea la LUS y el PRT: el PRT también sostiene que otra izquierda es necesaria, la anti-capitalista y socialista, que debe estar al lado de las luchas del pueblo, llevando sus banderas y políticas revolucionarias; el PRT critica al PRI, al PAN y al PRD (y a sus satélites) como partidos funcionales al sistema capitalista; el PRT se pone al lado de MORENA para acelerar la ruptura de muchos de sus integrantes con el PRD para ofrecerles una alternativa de izquierda socialista. ¿Cuáles son, entonces, nuestras diferencias? ¿Y cuáles son nuestras coincidencias?  7. Una exhortación Termino con un llamado a dialogar más intentando comprendernos, buscando las mejores políticas para la IV Internacional, para nuestro partido internacional. Necesitamos abrir más espacios de diálogo que permitan construir algunos puntos de coincidencia. No negamos que existan diferencias importantes, pero también existen muchas cosas que nos acercan, por ejemplo: la crítica al estalinismo (pasado y presente), la reivindicación de un marxismo crítico y militante, la perspectiva anti-burocrática, feminista, democratizadora, ecológica del socialismo. Esas coincidencias nos pueden permitir hacer acciones conjuntas, por ejemplo, hacer un balance crítico del proyecto fracasado del PRD (organizar su entierro simbólico desde la izquierda), discutir la crisis mundial del capitalismo o la agonía del régimen actual, defender los importantes aportes del marxismo de la IV Internacional, una vertiente sin la cual no podrá darse la renovación de un marxismo crítico y militante comprometido con la praxis revolucionaria del siglo XXI. Ese diálogo, esa dialéctica, nos podría ayudar a organizar una izquierda socialista y revolucionaria que se encuentre al lado de las luchas del pueblo.

Fraternalmente, Andrés Lund Medina, militante del PRT 

p.d. sobre lo dicho por Ismael Hernández Lujano -¿Qué decir de una persona que no conoce al PRT, que no sabe de sus 35 años de existencia, de su intransigencia con sus principios socialistas anti-burocráticos, democratizadores, contra las organizaciones estalinistas que dominaban adorando el Mito de la URSS, contra el suicidio de la izquierda socialista en un PRD hegemonizado por los nacionalistas revolucionarios que emigraron del PRI? ¿Qué decir de una persona que ve en los cambios de coyuntura y de políticas “cálculos oportunistas” (aunque puede comprender, de antemano, los cambios de política de su adorado e inteligente AMLO?) ¿Qué decir de quien nos insulta, como los estalinistas de antaño, con sus mentiras y simplismos al reducir al “PRT a una organización electorera y oportunista”, cuyo “único fin es que Edgar Sánchez llegue a diputado y esa es la única razón por la que se han acercado a MORENA”? ¿Leyó el artículo que critica el compañero David? ¿Conoce nuestra Saludo y Crítica al Proyecto Alternativo? ¿Sabe qué discutimos y cuáles son nuestras políticas? ¿Qué decir de alguien que se piensa socialista cuando cree en el capitalismo dinámico y productivo?