Declaración sobre el caos climático y la crisis ecológica global: IV Internacional

Declaración sobre el caos climático y la crisis ecológica global

Desde el Congreso Mundial de la Cuarta Internacional en febrero de 2010, las consecuencias del caos climático se han vuelto todavía más evidentes. Las peores inundaciones en la historia de Pakistán, la intensa ola de calor y los incendios de los bosques de Rusia, caos en Australia, inundaciones en Sri Lanka, fuertes lluvias y las riadas de lodo en Brasil … El verano de 2010 fue testigo de un récord en el número de desastres causados por el hombre mediante el cambio climático, o más bien por el modo de producción capitalista. Y es más, las víctimas de estos desastres son principalmente los pobres, mujeres y pueblos indígenas en Pakistán, Brasil, Bangladesh, Sri Lanka, … Y más ampliamente en los países del Sur.

El enorme vertido de petróleo en el golfo de México, causado por la codicia de BP, los nuevos planes por explotar los esquistos de gas en el no parar de la carrera por los combustibles fósiles y los beneficios, claramente muestran que nos estamos enfrentando a una crisis ecológica creciente. La lucha en curso del pueblo ecuatoriano para mantener los recursos petroleros en su suelo y por lo tanto defender la integridad del territorio Yasuní, protegiendo su biodiversidad, indican el único camino a una solución real.

Nos enfrentamos a la reaparición de la crisis alimentaria que estalló en 2007 – 2008. Esto ha dado lugar a un nuevo incremento de los precios de la comida y a la especulación financiera con las materias primas. Esta es una de las muchas causas de la explosión de las revueltas y los procesos revolucionarios en el mundo árabe.

Apoyamos las luchas de los movimientos campesinos y de las comunidades rurales contra el agrobussines y contra los organismos genéticamente modificados, en defensa de las semillas locales y de las granjas agro-ecológicas. También apoyamos a los movimientos involucrados en la producción local de alimentos y en su distribución, incluyendo la producción de alimentos en los “desiertos urbanos alimentarios” en los distritos pobres de las ciudades de los países ricos.

En 2009, las emisiones de gases de efecto invernadero sumaron un total de 48 billones de toneladas. Con el fin de mantener el calentamiento global por debajo del peligroso umbral de un aumento de 2 ° C, el pico de las emisiones debe ser alcanzado en el año 2015 y las emisiones deben disminuir a 40-44 billones toneladas antes de 2020.

Los planes sobre el clima de los países en vías de desarrollo están en línea con las propuestas del IPCC, ¡pero este no es el caso de los países ricos desarrollados! Japón, Rusia y Canadá se han opuesto a cualquier extensión del protocolo de Kioto más allá de 2012. Los Estados Unidos de América, que es el mayor emisor de gases invernaderos per cápita, y cuyas emisiones se han incrementado un 30% entre 1990 y 2005, no ha adoptado ningún plan para reducirlos. El “paquete de energía” de la Unión Europea es totalmente insuficiente y continúa dependiendo de los mecanismos del mercado, la promoción de agrocombustibles y la energía nuclear, y la privatización de los bosques tropicales.

Después de la cumbre de Cancún, las negociaciones sobre el clima se retomarán en Durban (COP17) a finales de 2011, seguidas por la cumbre de RIO +20 en 2012. El acuerdo concluye entre los EEUU y los grandes países emergentes durante la cumbre de Copenhagen (un acuerdo apoyado por la Unión Europea), y significa que las negociaciones globales sobre el clima son ahora conducidas conjuntamente por los EEUU y por China. El llamado “fondo verde” prometen un apoyo económico para la investigación en tecnologías verdes en los países en desarrollo; este dinero será gestionado por el Banco Mundial y parte consistirá en préstamos.

Contra la lógica de la especulación, la privatización y la mercantilización de los alimentos, debemos contraponer otra lógica, a saber, la defensa de la soberanía alimentaria, recuperar el control sobre la agricultura y las políticas alimentarias, mantener el acceso a los recursos naturales (agua, semillas, tierra) y luchar contra las multinacionales y las instituciones internacionales así como contra sus Gobiernos cómplices. Las movilizaciones de Copenhagen, la cumbre alternativa de Cochabamba y las acciones durante la conferencia de Cancún han demostrado que las movilizaciones radicales contra las respuestas del capitalismo a las crisis climáticas son posibles.

La urgencia de construir en todo el mundo movilizaciones contra la destrucción en curso del clima y contra las políticas capitalistas y productivistas con su insaciable hambre de combustibles fósiles es obvia. Los miembros de la IV Internacional continuarán trabajando hacia la construcción de campañas de masas unitarias, junto con activistas y movimientos sociales, en el marco de la campaña de Cambio Climático y Justicia Social. Esto en la perspectiva de la organización de las contracumbres durante Durban (COP17) y las negociaciones en la Cumbre de Río + 20.

Sólo una alternativa ecosocialista y anticapitalista constituye la respuesta real a la crisis global.

Amsterdam

23 de febrero 2011.

Declaración aprobada en el Comité Ejecutivo Internacional de la IV Internacional.