La fundación del partido

El primero paso fue la unificación entre GCI y Rojo para fundar la LCI en abril de 76. O sea el 75 es el peor año de división y el 76 empieza el proceso al revés de  unificaciones. Haría en otro momento el balance sobre la experiencia de GCI y Rojo, pero ya como LCI unificados, tomamos la bandera de la lucha por la unificación que no será nada fácil y que casualmente encuentra como primera interlocutora que acepta discutirlo a la Liga Socialista de Ricardo Hernández. Nosotros mismos mantenemos contacto con la FBL para invitarlos a este proceso y ellos nos expresan su desconfianza completa de participar en ese proceso en la medida en que está la Liga Socialista de Ricardo Hernández incluida, que les parece una dirección totalmente desconfiable por las maniobras del morenismo que están presentes en México y por la evolución política de la corriente de Ricardo en relación al Partido Comunista.

Nosotros llevamos todo el proceso paralelo con ellos insistiéndoles y al mismo tiempo avanzar en la unificación con la Liga Socialista de Ricardo en septiembre de 76, después de las elecciones de julio, de la candidatura de Campa, el 18 de septiembre. Por este motivo el nuevo periódico que surge de la unificación como PRT, en vez de “Bandera roja” de la LCI y “El socialista”, se llama “Bandera socialista”, que en ese momento era un nombre muy raro porque no venía de ninguna tradición, pero que reflejó la unidad entre “El socialista” y “Bandera roja”. Éste es el primer número con fecha del 7 de octubre, a dos tintas.

El acto de presentación fue en el Salón Riviera. El congreso de unificación todavía se hizo en forma clandestina, no se anunció públicamente. Solamente asistieron los involucrados en la unificación. Por eso haciendo trámites legales nos dicen que si el acta constitutiva y todo eso, olvidan las condiciones en que nos fundamos, o sea sin registro legal, sin ninguna intervención legal de notarios ni nada, sino en un acto cerrado, clandestino, con los asistentes con nombres falsos, todos usando seudónimos, y días después, el 7 de octubre, se hace el acto de presentación, ya como PRT, después del congreso de unificación, que en realidad ya aquí entre nos se hizo en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la UNAM, pero sin anunciarlo públicamente y con la presencia de unos camaradas de la Internacional como Michael Lowy.

El énfasis para la base programática para la unidad del PRT es motivo también de polémica. Esta base planteada por el propio compañero Mandel es la siguiente: la idea de que un partido está fundado sobre un programa, sobre bases de principios que son de tipo histórico, de largo plazo, no de tipo coyuntural, que es lo que da fuerza histórica y de largo plazo a un partido. Nuestro argumento es que los principios y el programa son la base de sustentación del partido y que mientras haya acuerdo en esos principios es posible la unidad, aun cuando haya diferencias tácticas o políticas incluso, tales como la necesidad de la IV, la necesidad de la revolución, el carácter socialista, la revolución permanente, la lucha contra la burocracia, la necesidad de la revolución política, el carácter del partido, partido leninista. Si tú estás de acuerdo con estos principios, sobre esa base será normal que en un momento o en otro haya matices o diferencias de tipo político: si participas en esta elección o si no participas. Esas diferencias, decimos, son diferencias de línea política, no justifican la escisión del partido, la ruptura de la organización.

Parecía muy fácil de entender. En los años previos recuerdo que Mandel insistía mucho en que el chiste era poder dar un brinco en la base militante de la organización. Porque, decía, si tú tienes un grupo de 50 compañeros y surge una diferencia de cómo hacerle para construir la organización, cómo dar un salto de 50 a más compañeros, y unos piensan que es de una manera y otros piensan que es de otra manera, si se vota y se decide que es la A, los de la B dirán “no, es un error, la manera en que vamos a salir de esta situación es como nosotros decimos, pero somos tan poquitos que para qué nos quedamos con los otros, si van en una línea equivocada y me voy a experimentar mi propuesta, que sí es la neta y me va a permitir brincar”. Entonces dice que cuando es un grupo tan pequeño, la fuerza que te sostiene es tan débil que cualquiera piensa que es mejor irse y que la va a hacer con su sistema y no ¿?????? olvidando siempre que cuando tú haces un cálculo y dices “si le pegamos por aquí la vamos a hacer”, cuando estás haciendo ese cálculo estás incluyendo que le pegamos todos, no solamente una parte. En realidad necesitas a todos para tener éxito en tu idea, no es solamente la fuerza de la idea sino con quién lo vas a hacer.

Por eso en este periodo Mandel insistía mucho en que necesitábamos dar un brinco en nuestra fuerza, en el número de militantes, que si rebasábamos un cierto número de miembros... ojo: parte del caset que no se escucha... hay una preocupación por lograr avanzar a una acumulación básica de cuadros, de fuerza, que se convierta en un peso que evite las aventuras de escisión y segundo, la insistencia en que las escisiones no están justificadas, que fue un error aunque no se diga así explícitamente, todas las escisiones pasadas que vienen hasta el proceso de reunificación del 76, que ninguna escisión está justificada sobre la base de diferencias tácticas: si sacamos 10 000 ejemplares de “Bandera roja” o no; si hacemos una campaña económica para una máquina de escribir eléctrica o no; si apoyamos la candidatura de Campa o no. Si hay acuerdo en los principios el partido tiene que mantenerse unido y al mismo tiempo ser un partido democrático que permita la expresión de opiniones distintas e incluso que estas opiniones se expresen en tendencias organizadas que defiendan su punto de vista. O incluso después de un congreso, que la idea es que tú formas una tendencia sobre todo antes de llegar a un congreso para defender ese punto de vista. Si pierdes y consideras que lo resuelto es muy grave, te mantienes pero como una fracción dentro del partido.

Entonces no importa que haya tendencias y fracciones, el hecho es que nos mantengamos unidos sobre la base de principios y programas. Entonces el congreso de fundación del PRT de septiembre de 76 se hace sobre la base de un documento fundamental que se llama “La Revolución Mexicana, pasada y futura” y los estatutos, o sea una fundación basada de documentos de principios y programas, que para nosotros será la base fundamental, histórica, la razón de ser del PRT. No quién tuvo razón en los debates fraccionales y tendenciales previos, sino bajo estos principios. Esta discusión es la que llevábamos con los compañeros de la FBL que no aceptaron entrar a la unificación en ese momento por el temor a la presencia del grupo de Ricardo Hernández. A pesar de todo lo que acabo de decir, los compañeros de la corriente morenista dieron la sorpresa en el propio congreso de fundación, en el último momento, ya habiéndose votado la unificación, habiéndose votado la fundación del PRT. Piden la palabra y dicen “este partido es un fracaso. Vamos mal porque este partido se ha fundado sobre bases muy generales, de principios y de programas, que no tienen que ver con la lucha de clases y no hay línea política, y esto lo hace un fracaso; por lo tanto nosotros nos declaramos en fracción dentro del partido”. El primer día de la fundación del partido ellos consideraron el fracaso del partido y la justificación para constituirse en fracción. De tal manera que la Tendencia Militante de Ricardo Hernández, con la que habíamos hecho la unificación de la Liga Socialista, al momento del congreso del PRT se divide en dos subcorrientes: la de Ricardo Hernández y la de los morenistas, o sea que la idea de que toda esta corriente era morenista resultó que no. Los que sí se fueron con el morenismo, encabezados por Telésforo Nava y Mariano Elías, se separaron y se declararon la Fracción Bolchevique. Y Ricardo Hernández se queda como parte fundadora del PRT pero sin ser parte de esta fracción.

Este punto será importante para cuando volvimos a la discusión con los compañeros que se habían quedado afuera, los de la FBL, para decirles “ya ven, no pasó nada, sí logramos hacer la unificación, sí metimos a la LS al PRT, y el temor que ustedes tenían de los bandidos de los morenistas sí está presente pero se hicieron fracción, incluso sin Ricardo, son otra fracción, dentro del partido pero legitimándolo y nosotros no tenemos bronca si se quedan como fracción si así lo desean”.

Esto en realidad es un cálculo que desde mi punto de vista resulta contraproducente para ese tipo de corrientes, que se hacen fracción dentro del partido, porque consolidan a los que tienen, pero el resto de los militantes los ven con desconfianza y ellos mismos se marginan, se aíslan del partido, en vez de crecer con sus propias ideas. Lo que permite que la dirección mayoritaria del PRT dé un salto muy importante en los siguientes meses para construir lo que llamamos una dirección del propio PRT, ya no de las fracciones y tendencias que dimos lugar al PRT: Ricardo Hernández, Peralta, Manuel Aguilar, yo mismo, Castillo, Sergio Rodríguez, El Negro, pero no respondiendo ya a las antiguas fracciones. Quizá algunos tendrían algún compromiso o ilusión fraccional previa a la fundación del PRT, de que ellos lo controlarían y lo salvarían de la influencia nefasta de las otras corrientes. Sí sé que hubo este cálculo. En el caso del GCI, incluso después de septiembre del 76, todavía tuvimos una reunión antiguos compañeros del GCI, porque algunos éramos criticados o criticábamos a otros de ir a la cola de Ricardo Hernández y de otros compañeros que estaban potenciándose como dirigentes. Porque como ya dije antes, Ricardo se convirtió en la figura pública más conocida después de la campaña de Campa. Y también porque tiene un estilo político muy protagónico y muy impulsivo; sin embargo a él mismo debemos una visión que también compartíamos en parte cuando decíamos esto con Mandel de que era importante dar un salto en la construcción de la organización porque esto te permite darle estabilidad y conjurar tendencias escisionistas, de modo que estas tendencias entiendan que fuera del PRT no tienen posibilidades, y que aun cuando tengan matices o diferencias es preferible estar dentro del PRT y dar la lucha por esas ideas, que irse del partido.

Ricardo decía “hay que dar un brincar de los grupitos al partido, hay que pensar en grande”. En el congreso mismo se definió el nombre y yo digo que por esa influencia histórica tan grande del PRT argentino, el nombre que quedó fue PRT. En ese congreso, por cierto, yo propuse que se llamara Partido Obrero Comunista, tomando argumentos de Lenin de la importancia de la definición de lo que somos, como comunistas, como partido proletario. Mi propuesta fue motivo de muchas burlas y bromas, diciendo que nos iban a llamar los “pocos”. Y recuerdo que Ana María Flores Ceceña alias Bárbara corría de un lado a otro enfrente del auditorio con un cartelito que decía “PRT” para apoyar esa propuesta que empezó a tomar cada vez más fuerza en el curso del congreso y seguramente esto contaba con las simpatías de aquellos compañeros que veníamos de la LCI...

muy significativo y muy propio, porque viniendo el país de la experiencia de la Revolución Mexicana y luego la consolidación del régimen bonapartista surgido de la Revolución, ellos hicieron una mistificación histórica de esa revolución y se quisieron hacer aparecer como sus herederos, mezclando por igual a Madero, Zapata, Carranza, Villa, Obregón hasta llegar a Calles como si fueran lo mismo, olvidando el papel revolucionario de unos y contrarrevolucionario de otros, olvidando que unos son los asesinos de otros, etc., y pretendiendo ser ellos por lo tanto, en esa visión maniquea y utilitaria de la historia, ser los herederos de la Revolución. Por eso el primer partido fundado por Calles es el Partido Nacional Revolucionario y luego con Cárdenas es el Partido de la Revolución Mexicana y luego el Partido Revolucionario Institucional, la revolución institucionalizada ya, convertida en parte del Estado burgués en México. De tal manera que ―esto me lo hicieron notar algunos camaradas europeos― nosotros surgimos en contrapropuesta a esa revolución congelada, como el Partido Revolucionario de los Trabajadores.

En segundo lugar, el punto que me parece básico y fundamental y correcto, es que la fundación del partido haya podido ser sobre la base del programa y los principios. El argumento de los compañeros morenistas era argumento simplemente de oportunidad para poder justificar más bien el mantenerse como corriente organizada dentro del PRT. Pero había una base y aunque algunos puntos no estaban todavía definidos de la línea política, en los siguientes meses, partiendo del surgimiento de una dirección propia del PRT, iba a ser posible que el partido se dotara de línea política concreta frente a acontecimientos que en los siguientes meses serían decisivos y muy importantes.

El 18 de septiembre de 76 se funda el PRT. El 1 de diciembre toma posesión López Portillo. En febrero, en Chilpancingo, Reyes Heroles anuncia la Reforma Política y anuncia que va a haber comparecencias en la Secretaría de Gobernación para discutir si se hace y cómo se hace. A finales de febrero, el nuevo Comité Central del PRT se reúne para analizar el asunto y decide que sí participa en las comparecencias para plantear el punto de vista de la izquierda revolucionaria. En mayo la Liga Comunista 23 de Septiembre asesina al que estaba redactando la ponencia del PRT para presentarla en Gobernación, que era el camarada Alfonso Peralta. Lo asesina bajo la acusación, en la “lucha a muerte contra el reformismo”, de que íbamos a participar en la Reforma Política. Pero no evita, por supuesto, que el PRT se mantenga en esta línea frente al asunto de la legalidad que elabora el Comité Central desde febrero. Y concluye esta elaboración con el I Congreso Extraordinario que se convoca en agosto de 1977. En este congreso se da ya la unificación con el resto de las corrientes trotskistas que faltaban y se avanza en una discusión ya más de línea política y una contribución elaborada, si mal no recuerdo por Jaime González, sobre las concepciones de organización del partido, que era importante para ellos tomando en cuenta la experiencia pasada con los morenistas.

Desde que se funda el partido, como les dije, nosotros insistimos ante los compañeros de la FBL, de convencerlos de incorporarse al proceso de unificación. Entonces con los acontecimientos del 77 poco a poco va cambiando la opinión de los compañeros del FBL, a aceptar, viendo la experiencia del PRT, la unificación. Porque todo mundo en la izquierda hacía apuestas de dos contra uno, de que el PRT explotaba a la vuelta de la esquina, con tantas corrientes a su interior.

Los compañeros de la FBL, mientras tanto, iniciaron un proceso de acercamiento con los expulsados de la LOM que encabezaba Torres. Incluso en algún momento hicieron una unificación, pero ya como de tránsito hacia el PRT, porque fue de unas cuantas semanas antes. No toman un nombre, no tiene caso porque ya van a unificarse al PRT. Llegan juntos al congreso de agosto del 77 para integrarse ya, lográndose entonces la unidad en el partido de todas las corrientes trotskistas identificadas con la IV Internacional Secretariado Unificado. Pero además una parte del lambertismo, que había sido expulsado de la LOM, representado por la corriente de Torres. Y también llegan compañeros que venían del posadismo como Roberto Hiriarte que también entra al PRT en ese congreso. Y también compañeros que vienen de la lucha armada, que eran contactos y discusiones que tenían GCI y Rojo, por separado, con compañeros del Partido de los Pobres, sobre todo, que en los meses previos había sido el asesinato de Lucio Cabañas y había habido una serie de contactos que tienen que ver con el debate del congreso del 74 y la división entre GCI y Rojo de si nos dirigíamos o no hacia los grupos armados y que llevó en la práctica a relaciones con el Partido de los Pobres, y que en agosto de 77, en que están siendo reprimidos, algunos de ellos entran al partido, representados básicamente por Antonio Hernández y Alejandra Cárdenas, ex desaparecidos y ex presos políticos.

Es así como el PRT crea una identidad como una nueva fuerza política y echa raíces en la sociedad mexicana, sobre todo después del registro legal, y queda identificada como una corriente ya no solamente trotskista, sino como la corriente perretista, con sus propias características.

OJO: SALTO GRANDE

...Váyanse a ofertar su producto a otro lado, esto no es para ustedes. Tuvimos una discusión al respecto. Por eso creo recordar que fueron dos entrevistas, porque en una segunda entrevista en donde ya se formaliza la lista de participantes, nosotros insistimos en el hecho de que una alternativa plural y democrática tiene que reconocer a todas las corrientes políticas y no solamente las que Reyes Heroles está calculando que puede integrar al sistema.

El Partido Comunista ya existía antes y sacó la cabeza cuando el 76. El PMT y el PST se fundan un poquito antes que nosotros. Ya había dicho que al salir de la cárcel los presos del 68, con el discurso de la apertura democrática que dice Echeverría que va a haber y que nunca hubo en realidad, constituyen un grupo que se llamó CENAO, Comité Nacional de Auscultación y Organización e hicieron una auscultación en todo el país para ver si partido sí o partido no, dentro de las concepciones nacionalistas, constitucionalistas, democráticas de Heberto Castillo. Esta convocatoria al CENAO, en esta lógica que había empollado Echeverría, tuvo un respaldo muy grande desde Carlos Fuentes hasta artistas, pintores, intelectuales, luchadores como Demetrio Vallejo y una buena parte de los del 68, pero Heberto no daba el paso rápido para constituir un partido, sino que insistía mucho en la consulta, probablemente teniendo dudas de qué tan sincero era el llamado a la apertura democrática de Echeverría que no se traducía en nada en concreto.

La cosa es que en cierto momento, del CENAO se separa un grupo que dice tener posiciones más a la izquierda de Heberto, porque se definen socialistas y constituyen en PST, dirigido por Rafael Aguilar Talamantes, en donde están Carlos Navarrete, Chucho Ortega, Graco Ramírez, todas finísimas personas que consiguen el apoyo directamente de Echeverría para financiar el PST, ganándole a Heberto la delantera, que duda y duda, y además agarrando ―una cosa en la que va a ser especialista Talamantes― que se da cuenta del clima intelectual, cultural y político que hay favorable a la izquierda socialista y no le da miedo, como a Heberto, de definirse como socialista. Y entonces el partido se llama socialista aunque nace sostenido y alimentado por Echeverría. Tiempo después, Heberto, ni modo, ya con esta escisión tiene que responder y funda el PMT y luego se funda el PRT.

Heberto nos llamaba “los muchachitos del PRT” porque él venía del Movimiento de Liberación Nacional de la época del general Cárdenas como ex presidente, de la solidaridad con Cuba y todo eso; Demetrio Vallejo, Secretario de Organización del PMT, venía de la huelga ferrocarrilera del 58-59; El Búho era de los muchachos grandes del 68 y venía de la Juventud Comunista. Por el lado del PST, Talamantes era de la generación del 66, líder estudiantil de la huelga de Morelia Michoacán, aunque había nacido en Santa Rosalía Baja California Sur y que había sido ya preso político de esa época y que había roto con la Juventud Comunista. Así que a los ojos de ellos el PRT aparece con muchas debilidades, entre otras cosas su juventud y que no contaba con una continuidad histórica como el SWP, por ejemplo. Ya que el que venía de antes del 68, que era Manuel Aguilar Mora alias El Pelón, nunca había estado en una organización partidaria; traía la experiencia de “los grupúsculos” de propaganda, como se nos llamaba de burla. Así que nosotros, aparte de todo, teníamos que aprender a construir un aparato partidario, como tener local, un periódico con profesionales, etc.

La segunda entrevista con Reyes Heroles fue distinta porque ya encontramos en su escritorio un montón de libros de Trotsky dispersos y presumió de sus conocimientos y nos dieron cita para la audiencia que sería en junio. Pero antes de esta audiencia, el 12 de mayo en el CCH Azcapotzalco, al salir de sus clases, matan a Alfonso Peralta.

Tengo que hablar aquí de nuestro deslinde también con la ultraizquierda. Les recuerdo que habíamos tenido una ruptura con Punto Crítico, con quienes teníamos una ilusión muy grande por el peso que tenían como los líderes del 68. En este periodo ese prestigio se diluye porque no ofrecen alternativa, y a los del Partido Comunista, que habían logrado arrinconar en el Movimiento del 68, ahora resurgen por mayor olfato y claridad política y aquellos se quedan marginados. Punto Crítico no toma partido y se queda sólo como corriente de opinión, no ofreciendo alternativa ninguna.

Con lo del 10 de junio, la demagogia de la apertura democrática de Echeverría, la represión que continúa con la práctica terrible de la desaparición forzada de personas. Recuerden que el demagogo de Echeverría, al mismo tiempo que da asilo a chilenos, argentinos y uruguayos víctimas de la represión de las dictaduras, desaparece gente en México. Entonces una parte de compañeros saca la conclusión de que hay que hacer la revolución donde tú tienes que poner el ejemplo: si las masas no se van por delante, tú pones el ejemplo; o incluso, para que las masas lo entiendan, tú los ayudas enfrentándolos a la represión para que se radicalicen; si hay una marcha y hay una barrera policíaca, tú vas en la marcha pero para provocar el enfrentamiento para que las masas se curtan en la represión y se radicalicen. Es lo que llamamos “la enfermedad infantil del izquierdismo” y ellos dicen “sí, somos enfermos, pero ustedes son reformistas, son la enfermedad senil del comunismo”. Ellos tienen como referencia a nivel nacional experiencias guerrilleras, y a nivel internacional, la experiencia de la Revolución Cubana.

La experiencia guerrillera nacional tiene que ver con Genaro Vázquez y Lucio Cabañas básicamente. Pero en estos dos casos se trata de luchadores en el movimiento que encabezan demandas de los pueblos de Guerrero y se confrontan con el PRI con sus demandas y se ven obligados a irse a la lucha armada. El caso más significativo es el de Lucio Cabañas, que es un profesor normalista egresado de la Normal Rural de Yotzinapa Guerrero; encabeza la lucha de su gente, los reprimen y los meten injustamente a la cárcel en este periodo de Díaz Ordaz-Echeverría, en donde no hay ninguna posibilidad de que salgan libres. Sus compañeros van por él a la cárcel y lo rescatan; y si tú rescatas a alguien de la cárcel, a éste no le queda de otra más que subirse al cerro. Se defiende de la persecución del gobierno formando una brigada de autodefensa y de esa brigada se forma una organización político-militar armada pero que tiene una base social campesina del estado de Guerrero. No es un núcleo guerrillero aislado, que es la lectura que después del 67 están inventando los que teorizan la experiencia del Che Guevara, que es Regis Debray. Este aventurero oportunista político francés, de esos típicos europeos impresionados con la experiencia revolucionaria latinoamericana visita al Che Guevara en Bolivia cuando encabeza la guerrilla allá con el ELN. Al salir del campamento del Che lo agarran, está preso, etc. y todo eso le da una aureola, aunque no era parte de la guerrilla, había ido en el periodo de vacaciones de los europeos a Bolivia y hace un libro famoso que se llama Revolución en la revolución donde dice que la teoría de la revolución del Che es la del foquismo, el foco guerrillero.

La simplificación del pensamiento y experiencia del Che Guevara que hace Debray es: “si las condiciones subjetivas no están maduras para la revolución, estando ya las objetivas, el foco puede acelerarlas”. Este es el ejemplo más claro de lo que los camaradas del SWP y del PST argumentaban contra nosotros en el seno de la IV de lo que ellos llamaban de nuestra parte “acciones ejemplares”. No es lo mismo pero en realidad esta idea del foco es una idea equivocada en donde supuestamente el foco guerrillero con su ejemplo irradia la conciencia subjetiva para las masas para que entren a la lucha, pero alguien tiene que empezarlo y el foco lo empieza aunque no tenga el apoyo de masas todavía. El caso de Lucio y Genaro Vázquez no es un foco guerrillero porque vienen de un movimiento, son líderes.

Después del 10 de junio acumulado con lo del 68, una parte de la generación surgida de la lucha en el movimiento estudiantil saca la conclusión de que no hay posibilidades para la lucha democrática, es la guerra, se piensan guevaristas en esta versión foquista que populariza Debray de que el foco guerrillero puede crear las condiciones. Entonces no importa que vaya solo, aunque Marx hablaba de que la liberación de la clase obrera es obra de la clase obrera misma, y todo el planteamiento de que es por medio de las masas que se hace la revolución, ellos pueden estar conscientes de que no están haciendo eso pero piensan que el foco crea las condiciones y empiezan con el ejemplo. Lo que pasa es que el foco, como se plantea la declaración de guerra contra el poder, entra inmediatamente en una confrontación en el terreno militar. La Liga Comunista 23 de Septiembre tiene un periódico, “Madera”, que hace referencia a la otra experiencia guerrillera mexicana que es el asalto al cuartel de Madera en 1965 en Madera Chihuahua, con compañeros que trataron de tomar ese cuartel y los mataron; ese periódico supuestamente sería para el trabajo de masas, pero la dinámica de la organización es exclusivamente militar porque se establece un círculo vicioso: como se declara la guerra al Estado, necesitas contar con un aparato para sobrevivir, es decir, casas clandestinas, aparato, vehículos, armas, pero para contar con ese aparato no le puedes hacer como Lucio Cabañas, que estaba en el monte en Guerrero y podía conseguir apoyo y comida de la gente de los lugares; este grupo de estudiantes está en la ciudad de México, en Monterrey, en Culiacán, donde sea, y tiene que construir ese aparato por fuera del movimiento y para eso tiene que hacer una expropiación, sea un asalto bancario o quitarle armas a los policías, pero al hacerlo entran inmediatamente en choque con la policía y entonces necesitan más armas para el siguiente paso, para defenderse, para sobrevivir; y se entra en una dinámica infernal en donde el trabajo de masas nunca se hace.

Si ustedes ven la película sobre Rosario Ibarra, “Vivos los llevaron, vivos los queremos”, verán al compañero Guaymas hablando de él mismo, como instructor militar de la Liga, donde el rollo es militar y la definición de los reclutas es la lucha armada y punto. Entonces se establece una guerra particular entre la guerrilla y el Estado; y las masas, viendo, al margen del asunto, menospreciadas por la guerrilla y atemorizadas por el hecho de que el Estado hace una guerra tremenda, creando una situación de miedo, de persecución real. En esa época era común ver carteles publicados por la policía con fotografías de algunos guerrilleros diciendo “se buscan, son asaltabancos y matapolicías”, nada que tenga que ver con la política. Hay diversos grupos: el Frente Urbano Zapatista, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Movimiento Armado Revolucionario. El más significativo seguramente es la Liga Comunista 23 de Septiembre resultado de la unificación de diversos grupos que en varios lugares del país avanzan hacia esa lógica, en el caso de la ciudad de México y de la gente que era de la Juventud Comunista que rompe con el PC, encabezados por Raúl Ramos Zavala, junto con Sánchez ¿?????? y Gustavo ¿?????? de Baja California, que también rompen con el Partido Comunista, junto con “Los enfermos” de Sinaloa, compañeros que venían de la antigua tradición del PC pero que rompen y toman el nombre de “Los enfermos”, que son de la Universidad Autónoma de Sinaloa y que intentan una insurrección campesina en cierto momento como su mayor acción pero que van a devenir en una lógica ultra; los del FRAP de Guadalajara con los hermanos cuyos nombres no recuerdo en donde hay otra historia particular que tiene que ver con la Universidad de Guadalajara: en esa universidad el PRI tenía totalmente el control, existía la Federación de Estudiantes de Guadalajara que venía desde el cardenismo, que manejaban rollos nacionalistas y socialistas, que fueron los encargados de darle la recepción a Salvador Allende cuando visitó México invitado por Echeverría, obviamente no es llevado a la UNAM porque ahí estaba la izquierda radical, sino que es recibido en Guadalajara por la FEG, que es la fuerza priísta, y donde dijo Allende un célebre discurso que todavía se repite pero sus interlocutores fueron los de la FEG, o sea la corriente estudiantil del priísmo, que viene del nacionalismo pero que se convirtieron en unos mafiosos que reprimían cualquier otra corriente dentro de la universidad. Y por eso en el 68 no hay repercusión en la Universidad de Guadalajara, pero en el pos 68 surgen las corrientes de izquierda en contra de los priístas nacionalistas de la FEG, donde están los Zuno de “la compañera María Esther”, como le decía Echeverría, y la otra contestaba “compañero presidente” como si fuera Allende. Y los Zuno tienen el control de la universidad y cuando surgen corrientes de oposición identificadas con la verdadera izquierda, son perseguidos porque la FEG está armada. Entonces la oposición, que se llama la FER (Federación de Estudiantes Revolucionarios) también se arma y va en busca de apoyo de bandas de jóvenes de los barrios de Guadalajara, “Los vikingos”, para enfrentarse a balazos con la FEG. Y luego pasan a la clandestinidad y luego pasan a la concepción de lucha armada. Y por otro lado los cristianos, que también, viniendo del 68, están en un proceso de radicalización por el Concilio Vaticano, la Teología de la Liberación, de aquellos que iban a Chiapas y que llegaron a la misma conclusión política de la lucha armada, encabezados por Nacho Salas Obregón. Entonces hubo una conferencia entre los cristianos, “Los vikingos” de Guadalajara, “Los enfermos” de Sinaloa, los de la Juventud Comunista del D.F. y Baja California y algunos otros como Rosalbina Garavito que habían ido a estudiar a Chile en los años de la experiencia de Salvador Allende, donde también hay una corriente de izquierda, el MIR, crítica de la Unidad Popular, y surge la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Hubo otros grupos como el MAR, de nuestro amigo Fabricio Gómez Sosa, que reclutaron un montón de jóvenes sin experiencia en la lucha política y social, y por la vía de la Universidad Patricio Lumumba de Moscú meten compañeros a Corea del Norte a recibir entrenamiento militar y adoctrinamiento maoísta tipo ¿?????? y regresan a México a hacer una guerrilla. Eran compañeros muy entrenados militarmente pero que jamás habían estado en un movimiento de masas. En Juchitán Oaxaca empezó una experiencia de organización popular ligada a los de Punto Crítico, que fue la constitución de la COCEI (Coalición Obrera Campesina Estudiantil de Istmo). Cuando la guerrilla quiso ir a hacerle propaganda a estos grupos que sí eran grupos populares, ocurrió la trágica experiencia de que los compañeros se pusieron a repartir volantes y al rato estaban rodeados por un montón de gente pidiéndoles propaganda y ellos, que jamás habían estado en una marcha, en un mitin, en un movimiento, sino solamente en escuelas militares, se espantan y disparan y el movimiento de masas, autoorganizado, que venía de una lucha contra el PRI, se defienden y los linchan; linchan a los que estaban “luchando por el pueblo”, como decían los discursos de los socialrevolucionarios de Los Justos: “lucho por el pueblo, aunque el pueblo no lo entienda y aunque el pueblo me mate”, en autodefensa, porque te ve armado y no sabe qué onda y te lincha. Éste es el punto de a dónde lleva la separación ultraizquierdista con respecto a las masas.

Entonces desde el GCI un tal Felipe García Casillas escribe que tenemos debate con los presos políticos que caen de la Liga, especialmente con los compañeros que están presos en la cárcel de Topo Chico de Monterrey. Y luego el PRT publica todo un folleto llamado “Los presos políticos escriben desde la cárcel”, donde se ven unas manos saliendo de los barrotes para escribir en una máquina mecánica. Ellos nos mandan textos y nosotros les contestamos. Estos presos están ya haciendo su balance y nosotros discutimos con las ideas de los que siguen actuando y que van cada vez más en la lógica política de que el obstáculo principal son los reformistas y que la lucha es “lucha a muerte contra el reformismo”. Es un curso ultraizquierdista, aislado de las masas, equivocado y que cada vez más va en el curso militarista de la guerra particular entre el Estado y ellos.

Por supuesto no se puede negar la voluntad, el sacrificio, la heroicidad de estos compañeros, pero en una línea equivocada. Pero en este aislamiento en que se ubican pierden contacto con el piso y se desvían porque para el año 76, 77, los fundadores de estas corrientes están muertos o desaparecidos, pero ha continuado habiendo reclutamiento de nuevos integrantes jóvenes sin experiencia política, ya sin aquellos que como Raúl Ramos, eran gente muy política. Como se dice en la película, la decisión de que se llamara Liga Comunista 23 de Septiembre obedece a la fecha del asalto al cuartel de Madera en Chihuahua; tiene referencias políticas y programáticas de izquierda, pero la nueva generación que entra en la guerrilla en los años siguientes no tiene esta formación y por eso degenera en una corriente exclusivamente militarista que ubica al resto de la izquierda como el enemigo principal; entonces la “guerra a muerte contra el reformismo” se convierte en eso: guerra de asesinato. Y donde, además, según mi interpretación, la infiltración policíaca es más fácil, porque es más fácil meter a un policía a una organización que tiene muy débil definición política, programática e ideológica en donde el policía no tiene que explicar que está de acuerdo con la revolución política en la Unión Soviética, el feminismo, la burocracia, la revolución permanente, sino que sólo tiene que decir “a favor de la lucha armada”.

Entonces en esta evolución, estos cuates matan a compañeros de izquierda. Así matan a Chavarría, un dirigente del Partido Comunista de Oaxaca; matan a Carlos Guevara Reynaga en Sinaloa, un compañero de Punto Crítico; y matan a Alfonso Peralta en la ciudad de México en el CCH Azcapotzalco. Por el hecho de que este debate, no es un debate a posteriori, de balance, sino que es un debate de todos los días en este momento en el movimiento y donde los nuevos chavos de otra generación que están reclutando para la lucha armada, un semillero es esa generación juvenil posterior al 10 de junio, que en el caso de la ciudad de México se refleja en el CCH, donde muchos militantes surgen para la izquierda pero también para la lucha armada. Entonces Peralta, que es de los activistas del 68 en la Facultad de Filosofía, para el 71 que se funda el CCH, es parte de la generación de maestros y están varios del PRT o que van a definirse con el PRT junto con él como Lucinda Nava, Serrano, Alma Flores, Jorge Ortiz y González Mercado, varios camaradas. Pero Peralta con un papel muy relevante, porque es uno de los dirigentes del PRT.

En el debate del CCH entre los ultras de la Liga 23 y la izquierda, ésta tiene en el caso de Peralta uno de los voceros principales en esa pelea, y aparentemente por este motivo, por la fuerza del debate que realiza Peralta, lo asesinan. Era muy famoso el estilo agudo, sarcástico, duro, irónico de Peralta, típico de los camaradas trotskistas de la época, formados por El Pelón Aguilar; era una escuela que le daba mucha importancia al debate de las ideas con formación, con elementos, para aplastar al oponente. En algún momento ellos insistieron mucho en esto, como que ésta era la explicación de por qué habían matado a Peralta, que podría decirse que Peralta habría abusado en el debate contra jóvenes estudiantes del CCH. Pero con el paso del tiempo yo he pensado, y quiero dejarlo sentado aquí, ubicando quiénes eran los de la Liga 23 de Septiembre que estaban haciendo ese trabajo en el CCH Azcapotzalco, me doy cuenta de que no eran chavitos: los hermanos Ramírez Duarte, “El bolchevique” que le decían, sobre todo, eran cuates que sí habían estado en el CCH, pero que la organización los había enviado ya grandes, digo, grandes relativamente porque todos éramos jóvenes, pero no eran estudiantes de primer ingreso del CCH, al colegio  a reclutar e influir ahí y se enfrentaban con Peralta, pero no había una diferencia sustancial de edad y de experiencia política entre Peralta y ellos. Era un debate muy fuerte; probablemente Peralta podía ganar muchos de estos debates, pero no en una situación de abuso contra jóvenes queriéndose hacer ultras, sino en un debate con los cuadros de la Liga frente a los estudiantes jaloneados entre una y otra corriente.

De todas maneras es injustificable un asesinato así entre corrientes de izquierda y al mismo tiempo es una provocación que es muy probable que fuera empujada por la policía. Hasta donde hemos podido saber, toda la brigada de la Liga 23 de Septiembre en el CCH Azcapotzalco, que seguramente participó en el asesinato de Peralta, en los siguientes meses ―él fue asesinado el 12 de mayo― para el 12 de junio, todos ellos cayeron, o fueron asesinados, uno desaparecido, casas de seguridad donde ellos estaban fueron tomadas por la policía; lo que me hace suponer a mí que había un infiltrado en la brigada que mató a Peralta, y después de que lo mataron, eliminaron a todos los demás de la brigada, de tal manera que no quedó ningún testimonio de la decisión, porque todos los que participaron quedaron, en las siguientes semanas, casualmente, muertos. Uno de ellos, según yo, es “El bolchevique”, de la Liga 23 de Septiembre, que fue asesinado en un enfrentamiento con la policía varias semanas después.

Ese asesinato fue reivindicado oficialmente por la Liga en el mismo momento en que nosotros estamos, continuando una tradición que venimos, desde el 68... Ya recuerdan que les dije que en el periodo de reflujo del 69 y 70 nos concentramos en los comités por la libertad de los presos del 68, y cuando salieron los presos en la víspera del 10 de junio, empezaron a haber nuevos presos, de modo que nosotros continuamos en la lucha por la libertad de los presos políticos y los nuevos van siendo, en muchos de los casos, de la guerrilla. Entonces estamos en los comités por los presos políticos, en “Bandera socialista” en el debate con las concepciones de la Liga y al mismo tiempo sufriendo el asesinato de Peralta el 12 de mayo de 77.

Pero a pesar del asesinato de Peralta, nosotros continuamos la relación con los comités por la libertad de los presos políticos, y estableciendo relación fraternal y solidaria con varios de ellos que hacían sus balances distintos. Peralta es asesinado el 12 de mayo de 77; en abril de 75, o sea dos años antes, el hijo de Rosario Ibarra es secuestrado por la policía, Jesús Piedra, militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, representativo de las primeras generaciones de la Liga. El proceso de degeneración es muy acelerado, y en 77 están en esta lógica. Dejaron incluso una rata en el carro de Peralta y volantes diciéndolo. Para 77 nosotros ya tenemos relación con Rosario Ibarra y seguimos en la lucha por la libertad de los presos, que son presos de la guerrilla, o desaparecidos, como el hijo de Rosario, que era de la Liga. Y con el tiempo incluso establecemos diálogo con algunos presos de la 23 y que el PRT ya legalizado les ofrece cobertura al plantearse que estos presos ingresen al partido. Nosotros tenemos que decirles a estos presos, como a Jaime Laguna ¿????? o Eladio Torres: “muy bien, ¿cómo tú la quieres?, ¿anunciamos el asunto de que entras al PRT, como  una medida de protección y facilitar tu pronta libertad, o en serio estás convencido de entrar al PRT? Pero si estás convencido de entrar al PRT, tienes que decirnos cuál es tu posición sobre el asesinato de Peralta”. Y con algunos de ellos la discusión se prolongó mucho porque lo reivindicaban como correcto. Decíamos “no hay bronca, podemos darte protección pero no eres del partido, porque no puedes ser del partido y estar de acuerdo con el asesinato de Peralta, compañero, dirigente, fundador, muy importante para nosotros, pero independientemente de eso, un compañero de izquierda y eso no se puede justificar”.

En este contexto hay un proceso de radicalización y ultraizquierdismo que tiene que ver con la desesperada situación en que estamos especialmente durante Echeverría y los primeros años de López Portillo. Surgen otras corrientes que, sin ser lucha armada, están en las posiciones de extremo sectarismo e ultraizquierdismo, como por ejemplo la corriente maoísta agrupada en el FPR, los feperros, Frente Popular Revolucionario, que son los que popularizan el grito en esa época “Ho Ho Ho Chi Min, a los trotskos dales fin” y que están en el movimiento y con los cuales se protagonizan diversos enfrentamientos incluso violentos, como el intento que hicieron de tomar el local del PRT en el CCH Naucalpan con un contingente que trajeron de la Prepa Popular de Tacuba y grupos del FPR en una batalla campal que duró horas con pedradas y bombas molotov. El 10 de junio, en la marcha tradicional, me toca a mí hablar en el mitin de la Alameda y mi intervención es permanentemente interrumpida por los gritos de los del FPR y los gritos de nuestros compañeros imponiendo nuestra presencia.

El ambiente se descompone y enrarece por toda la ola de represión y provocación, que fomenta la creación de ultraizquierdistas. Esto hace aún más complicada la posición del partido ante la Reforma Política. Entonces matan a Peralta en mayo, en junio es esto que digo, y a principios de julio le toca la comparecencia al PRT en la Secretaría de Gobernación. Cada jueves comparecían diversas personas, organizaciones y partidos políticos ante la Secretaría de Gobernación, sesiones presididas por el propio secretario Jesús Reyes Heroles y un grupo de funcionarios. Para mayor complicación, la tarde en que le toca comparecer al PRT, en la madrugada previa entró la policía a Ciudad Universitaria porque se estaba organizando el sindicalismo universitario de los maestros, el SPAUNAM, que hace una huelga para reclamar este derecho sindical, lleva varias semanas, y el jueves que le toca comparecer al PRT, entra la policía a C.U. Entonces la delegación del PRT que habla en Gobernación, donde estamos Manuel Aguilar, yo y otros dos compañeros, incluye también a Lucinda Nava Alegría, maestra del CCH Azcapotzalco como Peralta, y que es una de las promotoras del sindicalismo universitario, del SPAUNAM. El discurso del PRT es un escrito que además de pronunciarse en relación a los temas políticos más generales y la posición teórica de la izquierda sobre el asunto, concluye protestando por la entrada de la policía a C.U. y reclamando la libertad de los presos, porque Eliezer Morales, Pablo Pascual, varios de los dirigentes sindicales que están formando este sindicato están presos esa tarde. Salen más tarde, pero en ese momento están presos. Entonces la comparecencia misma del PRT es un choque. De tal manera que nosotros convertimos nuestra comparecencia en el Salón Juárez de Gobernación, en un mitin a favor del SPAUNAM y por la libertad de los presos políticos.

Lo que el documento, que es un documento importante, plantea es que la Reforma Política, en una típica frase de Manuel Aguilar, es como una moneda de dos caras. Es, por un lado, una concesión al reclamo democrático de las masas que vienen desde el 68 de hacer esta apertura, de reconocer derechos a otras fuerzas políticas diferentes a las del PRI. Sí, sí es cierto, tiene esa cara. Pero la otra cara de la moneda es que es una trampa para institucionalizar, cooptar la posición de izquierda que ha surgido desde el 68. Entonces el PRT no se hace ilusiones sobre esta dualidad que tiene la Reforma Política: conquista-cooptación, conquista-asimilación, que tiene que ver incluso con el mensaje que nos dicen que no es para nosotros, sino para ciertas fuerzas políticas que el gobierno seguramente calcula que puede absorber, hacer que jueguen ese papel. Sin embargo el PRT no renuncia a su derecho de que a la izquierda revolucionaria se le reconozcan sus derechos políticos, legales y electorales.

Las comparecencias concluyen y seguramente que para septiembre del 77 se presenta en el Congreso la iniciativa que resultará en la LOPPE, la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales, que recoge el planteamiento de la Reforma Política. Esta LOPPE reconoce dos figuras políticas: la de partido político y la de asociación política nacional. En agosto de 77 se celebra el I Congreso Extraordinario del PRT para completar el proceso de fusión que dio lugar al PRT en septiembre de 76. Es aquí donde se integran la FBL de la Liga Socialista, la Fracción Trotskista Leninista de la LOM, donde venía Torres, y compañeros que vienen del POCM como Roberto Hiriarte, compañeros que vienen del Partido de los Pobres de Lucio Cabañas como Antonio Hernández y Alejandra Cárdenas, que eran relaciones que habíamos establecido antes de que el Partido fuera reprimido y asesinado Lucio y donde Antonio y Alejandra van a dar a la cárcel, y continuamos el diálogo con ellos y entran al PRT en agosto del 77. Entonces el partido va in crescendo a pesar de agresiones como el asesinato de Peralta.